Planificar es
anticipar el futuro. Es ejercicio de la razón en el corto y mediano plazo.
Equivale a poner en práctica la voluntad, con la participación de los que
tienen que ver con su proyecto.
La consulta a
las propuestas es palanca poderosa para motivar, persuadir y hacer de la
finalidad y de los propósitos una tarea común.
Sin compromiso,
ninguna programación conduciría a buen término.
La
planificación requiere de identificar metas y objetivos. Desde Aristóteles se
sabe que si bien todo tiene causa eficiente, es la causa final la que guía y
lleva hacia el buen término.
En
la UNAM, el rector Enrique Graue puso en
acción la propuesta de abrir una amplia, generosa y bien estructurada consulta
a la comunidad universitaria con el objeto de recabar opiniones, sugerencias y
puntos de vista de alumnos, egresados, docentes y miembros del personal
administrativo en torno a la formalización del Plan de Desarrollo Institucional
2015-2019.
En
la Universidad Nacional bien es sabido que el doctor Gaue, jefe nato de la
Institución, proviene de una consulta abierta, translúcida, en los medios de
comunicación, puesta en práctica con motivo de la elección de Rector.
Decisión
final a cargo de la Honorable Junta de Gobierno, no obstante tuvo que ver, en
gran medida, el asentimiento previo, “a priori”, de la comunidad que ahora
conduce él con particular acierto y aplomo.
Fruto
de la susodicha consulta, elegido por tanto con arreglo a “imagen y semejanza”
de
los miembros de la casa de estudios a su cargo, el rector Graue Wiechers procede
en consecuencia y congruencia con el origen participativo, democrático, de
todos aquellos a los que, a su vez, convocó con estilo similar por medio del
cual resultó electo.
Volviendo
al Plan cuyo proyecto estuvo a disposición de los universitarios durante más de
un mes, el rector Graue envió en los primeros días de este mes un mensaje de
gratitud y reconocimiento a quienes visitaron el sitio, en número de 92 mil
personas.
En
el documento, el jefe nato de la UNAM enaltece la participación entusiasta y
con ideas constructivas que permiten enriquecer el contenido del proyecto
institucional con arreglo al cual proseguirá su destino la Universidad.
Hicieron
presencia doscientas entidades académicas; se acopiaron más de ocho mil
opiniones y propuestas. Y todas fluyen hacia los ejes principales que son el
sustento de la institución: docencia, investigación y difusión de la cultura.
Se
esclarece, así, el futuro de la UNAM con
luminarias propias de la autonomía justamente en horas difíciles, críticas, que
se registran en la educación básica y media superior. En la democracia,
planificar es un ejercicio responsable, libre de ataduras ideológicas,
políticas y religiosas. Prever lo que se hará en el inmediato porvenir implica,
en efecto, saber con qué recursos humanos y materiales se cuenta: es decir,
tener nociones sobre lo cuantitativo y lo cualitativo.
Gratuita ha de
ser la educación que imparta el Estado mexicano, precisa el Rector.
Por
encima de presiones y amenazas, se avizora para el cuatrienio que empieza el
cultivo de las ciencias naturales de fundamento matemático, como también la
enseñanza de las disciplinas sociales de base jurídica y el arte junto con su
historia y las técnicas que le corresponden.
Con
ese propósito, tiene todo a su favor la propuesta de eliminar trabas, lacras y
vallas obstructivas que podrían minar los óptimos propósitos en la Universidad,
los cuales requieren la fuerza protectora del Gobierno, teniendo en cuenta que
la autonomía es no sólo compromiso y práctica de la comunidad universitaria. Igualmente
necesita de la tutela constitucional por parte del Estado.