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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 11 de noviembre de 2011

LOS PRESIDENCIABLES Y LA ALIANZA DE LOS DÉBILES




                                                 Por Federico Osorio Altúzar

De acuerdo con eslogan de las empresas encuestadoras especializadas en asuntos electorales, “Si las elecciones fueran el día de hoy”, es posible inferir entonces que el PRI ganaría de manera contundente la maltrecha la apasionada carrera presidencial.
Con excepción de Enrique Peña Nieto, estrella luminosa en el nebuloso firmamento político, apenas Andrés Manuel López Obrador y Santiago Creel podrían ser considerados adversarios calificados para ser tomados en cuenta. Así, se abre la expectativa de que, a fin de cuentas, los débiles se decidan a promover alianzas para convertirse en fuertes, según la vieja propuesta del Calicles de Platón. Y sólo así mantener encendidas las velas de la ilusión
Las encuestas de “El Universal” mencionan al sector indefinido, calificado como emergente, los denominados “independientes” que, en determinado momento, harían variar el peso de la balanza. De manera presumible,  inclinarían la balanza en favor de la derecha o de la izquierda, pero dejando atrás al hasta ahora presunto triunfador, al precandidato del PRI y ex gobernador de Edomex.
Riesgos latentes los hay para los tres partidos protagónicos comprometidos en la contienda: así, para el PRD, el mayor peligro es el de lanzar un candidato inexperto, precedido por un prestigio fugaz y respaldado por grupos locales, lo que redundaría en una votación precaria e insuficiente. Para el PAN, es evidente que el delfín de Los Pinos se ha ganado el mérito de ser considerado “l´enfant terrible” de la actual campaña, con capacidad asombrosa para extraer de los archivos informativos y  confidenciales, grotescos, y desvíos de recursos como el que ha salido a la luz pública, desde el Estado de Coahuila, para infortunio de Humberto Moreira, el dirigente  del tricolor.
Para el PRI esto significa que necesita invertir talento y pertinencia mediática para hacer eficaz contraofensiva, acudiendo al acervo de recursos retóricos, jurídico-políticos y persuasivos, a fin de salir airoso de la crucial amenaza.  Entre paréntesis, se sabe que Peña Nieto no es el candidato de Televisa. Cuando mucho es, como otros, un cliente más. 
Pero hay algo más. Ante la posible desgracia de Moreira al frente del CEN del PRI y frente a la inevitable sustitución en la dirigencia nacional, sin duda se planteará la urgencia de elegir al más carismático, al más eficaz entre las opciones conocidas, de las que sobresalen Emilio Gamboa y Manlio F. Beltrones. No cabe duda que el político sonorense tiene arrestos para ocupar el cargo de Moreira y llevar adelante, a buen puerto, la campaña de su correligionario, el seguro sucesor de Felipe Calderón en el codiciado Poder Ejecutivo federal.
Con ello, lograría el sonorense su objetivo principal: tener un lugar en la administración pública a partir del 2012, y de ser posible dentro de su organización partidista. El libro de Beltrones en circulación sobre estrategias políticas hace notar que el senador tiene consigo a un equipo notable de consejeros entre los que figura Orlando Arvizu Lara, ex comunicador de Luis Donaldo Colosio y de Francisco Ruiz Massieu. Amigo personal del ex mandatario de Sonora, Carlos Armando Biebrich, el hidalguense es activo delegado del CEN del PRI, ahora, en el Estado natal de Beltrones en donde, por cierto, el PAN está a punto de igualar en las encuestas al avasallador Revolucionario Institrucional.
Presagios, conjeturas y sucesos en puerta se suman a la cascada de violencia e inseguridad, al torrente de anarquía y corrupción desde las alturas y a la “violación” recurrente del Estado de Derecho, por parte incluso de sus mismos custodios, los políticos en el Poder. Pero los potenciales electores, los independientes, ya habrán aprendido la dramática lección en el sentido de que, si bien se es libre para elegir, también se es responsable para estar a las resultas de la buena o mala elección efectuada. Además, si al votar se equivoca la primera y hasta la segunda vez,  hacerlo por tercera ocasión sería punto menos que inexplicable. Sería imperdonable.