Se dice fácil,
pero 150 años de vida activa registrado por una institución es, sin duda, uno
de esos logros excepcionales.
La
creación de la Escuela Nacional Preparatoria luce en la historia educativa del
México convulsivo del último tercio del siglo XIX como testimonio del
republicanismo democrático presidido por el Mandatario Benemérito. Comenzó su
desempeño a cargo del doctor Gabino Barreda, discípulo en Francia del filósofo
positivista, Augusto Comte. Don Porfirio Parra, chihuahuense, figura como uno
de sus ilustres sucesores.
El
sábado 21 de este mes su titular, la maestra Silvia E. Jurado Cuéllar, fue
entrevistada en el programa televisivo “Creadores Universitarios” en cuya
oportunidad destacó el papel relevante, vanguardista, de la institución en la cronología
del país.
Días
antes, la directora general de la Preparatoria rendidiría su informe de
actividades en el que describió no sólo lo realizado en el año lectivo
2016-2017 sino los avances más significativos de su gestión, la cual se ha
desarrollado desde el verano de 2010; es
decir, desde hace 7 años a la fecha.
A la
titular de la Nacional Preparatoria le ha parecido añadir un rubro al formato
tradicional de los documentos expositivos en los que se entera a la comunidad
universitaria y en particular a la preparatoriana, haciendo hincapié en la
docencia, la investigación y la difusión cultural.
Es
verdad que se trata de los ejes sustantivos a través de los cuales se lleva a
cabo la vida educativa de la UNAM.
Sin
embargo, el contenido de la actividad,
es indicador de la continuidad institucional a lo largo de 15 décadas de
actuación al servicio de la ilustración y fortaleza de la Nación. Nos referimos
a lo que la directora ha denominado “Gestión Administrativa y Desarrollo
Organizacional”, capítulo que da una visión integral.
En
ese subcapítulo se ubica lo que es el diagnóstico y el pronóstico del centro
educativo que, en su momento, en 1910, fue el pilar fundamental en la creación de
la Universidad Nacional forjada por don Justo Sierra.
Informe
y entrevista, así, han cubierto el doble ejercicio informativo: hacia dentro, por
una parte; hacia afuera, por la otra.
En
ambas situaciones o momentos la Preparatoria se ha mostrado como lo que es: la
columna vertebral de la UNAM, el pivote en torno al cual giran expectativas
individuales y aportaciones sociales; consolidación de etapas cívicas de un
país en permanente sed de cambios; anticipación del futuro, con base en lo
hecho hasta ahora.
Y
aquí cabe mencionar, entre otras obras, la del Lic. Enrique Espinosa Súñer “El
Bachillerato en México” (edición de 1982 por la propia casa de estudios.
En efecto,
penetrar en la historia y evolución de la Nacional Preparatoria lleva a indagar
en los sucesivos planes y programas de estudios, emitidos y configurados por
sus directivos y rectores, con el aval de sus órganos constitutivos. De tal
manera, que surjan las etapas históricas en que se han visto envueltas las
instituciones nacionales y como respuestas de avanzada desde el punto de vista
formativo e informativo de la institución barrediana.
Este
fin de año se conmemorará el sesquicentenario de la Ley Orgánica de Instrucción
Pública en el Distrito Federal y la primera semana de febrero próximo los 150
años de haberse convertido San Ildefonso en el sitio de honor donde se dictaron
las primeras clases innovadoras por el cuerpo magisterial imbuido del pensamiento
de Comte y de Stuart Mill.
La
UNAM está, por ello, de manteles largos: merced a los susodichos
acontecimientos académicos
No
es para menos.