Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 16 de octubre de 2017

ESTADOS UNIDOS FUERA DE LA UNESCO, ¿Y EL TLC?

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Todo indica que los Estados Unidos están siendo llevados por su Presidente, Donald Trump, hacia caminos similares a los asumidos por la Madre Patria, Inglaterra. El BREXIT hace posible la comparación.
La única diferencia está en que Gran Bretaña ya no es la reina de los mares. Y Estados Unidos es aún cabeza del imperio mundial.
El retiro voluntario, unilateral, de Norteamérica como miembro de la UNESCO, marca la primera gran conmoción.
El sueño del presidente Wilson y su contribución a la creación de la Sociedad de Naciones se vuelve punto menos que imposible en nuestros días.
Pero ¿la UNESCO sin uno de sus miembros principales, los Estados Unidos? ¿La propia ONU sin la presencia del sostén que representa el organismo promotor de la ciencia, la educación y la cultura universal?
Ahora, hoy en día, se juega parecidamente la sobrevivencia de la entidad reguladora del comercio en América del Norte.
Canadá da la impresión de poner todo de su parte a fin de que el TLCAN se sostenga en sus funciones de núcleo en torno al cual giren compromisos y acuerdos, mismos que sean pivote de beneficios y relativa equidad entre los suscriptores.
No deja de ser perturbadora la intervención del ejecutivo estadunidense en el área de las relaciones exteriores, las de su país con el resto del mundo.
De imán poderoso para conjuntar voluntades jurídicas entre naciones emergentes de conflictos mundiales, a la fecha el Tratado se convierte en muralla que hace imposible, al menos obstruye, la relación cordial y contemporizadora entre los Estados y países.
Y no es cuestión insignificante el retiro de Estados Unidos de la UNESCO. Está de por medio el enlace pacifista y la cooperación en materias que determinan el desarrollo y el progreso de naciones que acusan atraso y rezago en asuntos relevantes. En lo general, se sienten vacíos en materia de solidaridad y tendencias hacia el aislamiento y la soledad, con sentido abrumador. Dichos vacíos alientan la rivalidad cuando no la soterrada violencia.
Se presienten rachas huracanadas como las que azotaron en tiempos de la primera Guerra Mundial.
Por lo que a nosotros toca, no faltarán, en caso dado, los  atizadores de rivalidades y venganzas anónimas como las que motivaron las “ofertas” en acecho de propuestas temerarias. El telegrama Zimmermann revolotea entre los provocadores, con la tentativa de abrir brechas entre naciones cuya vecindad a corta distancia ha de ser de convivialidad bien entendida.
Negociar lo negociable es la divisa en estos días de incertidumbre y zozobra, entre las naciones involucradas en el TLCAN. Negociar aquello que haga compatible el bienestar común y el progreso sustentable.
Tratar de imponer condiciones lesivas al crecimiento de alguna de las partes es inoperante como apoyo a los acuerdos entre las partes. Así, la pretensión de acaparar beneficios en forma unilateral. O bien, la de hacer valer la cláusula de una vigencia del Tratado, de naturaleza limitativa y perentoria, de la cual se trate de obtener beneficios en el corto plazo para alguno de los contratantes.
Involucra el TLC temas como la migración y el empleo. Sin embargo, hay pendientes como el de la minería y los efectos negativos inminentes  de contaminación de ríos y del ambiente que requieren de constante vigilancia y revisión.
Tiene riesgos el multilateralismo, pero aún más la construcción de murallas por malentendidos y disfrazadas negativas a la cooperación y la equidad.

La negociación relacionada con el TLCAN es una resonante llamada a la conciencia de los líderes mundiales. México, ´por su parte, hace un papel dignificante y reconstructivo.