Dos flagelos, la
ansiedad y la depresión, entre muchos otros, agobian a mujeres y hombres,
convirtiéndose en tenazas que se hienden sobre la humanidad.
La primera lleva a
la segunda como en un círculo en el que no se sabría cuál es la causa y en qué
consiste el efecto.
El psicoanálisis y
la terapia representan el camino a fin de erradicarlos; es decir, la teoría
seguida del tratamiento.
Para obtener el
grado académico de Maestría en Psicología, Ivett Clark Perla presentó a
mediados del mes de junio la tesis “Propuesta de intervención gestáltica en el
trastorno de ansiedad con episodios depresivos”.
En la Universidad Gestalt, los
sinodales le otorgaron Mención Honorífica.
Sobra decir que el tema es de real actualidad en nuestros días.
Desde el punto
social, trascendiendo por encima de las personas consideradas individualmente,
la ansiedad y la depresión rondan en torno al conglomerado humano hasta
volverse pandemia motivada por agentes múltiples que van minando la seguridad
propia hasta adquirir presencia colectiva con resultados inherentes a la
provocación institucional o a la violencia
organizada.
Clark Perla,
psicóloga de profesión, académica cajemense, egresada del Instituto Tecnológico
de Sonora (ITSON por su acrónimo), se ocupa en su trabajo de la psicoterapia Gestalt, así conocida y
reconocida oficialmente, delineada para la recuperación de los
pacientes-víctimas del referido acoso.
Con ese propósito
desentraña conceptos básicos a partir de los cuales se efectúa el diagnóstico,
entre los que figuran desde los más recónditos del “darse cuenta”, el “aquí y
el ahora”, “el Yo”; asimismo, describe los términos: “holismo”, “neurosis”,
“polaridades”, “sueños y conciencia”.
Dos bloques
expositivos son los relativos a la ansiedad y a la depresión, donde se
determina qué son una y otra, los trastornos en que se manifiestan, así como
las especies que permiten clasificarlas.
No está por demás
reconocer que la interpretación y el análisis de estos fenómenos lleva a
reflexionar en qué sentido pueden considerarse lesivas ambas y si de alguna
manera, por medio de la terapia psicoanalítica, podrían ser útiles para obtener
rendimientos benéficos en el desempeño personal e inclusive interpersonal y
colectivo.
Teoría y práctica
implican un minucioso rastreo o cumplida indagación en fuentes, corrientes
ideológicas y escuelas de pensamiento. Por lo tanto, en autores que han
contribuido en el desarrollo de la disciplina, así como en el diseño de
terapias conducentes al restablecimiento de la ansiedad y la depresión.
Lo anterior explica
que el ensayo esté precedido por un capítulo de antecedentes entre lo que hay
lo que ahí se denomina filosofías orientales (budismo y taoísmo, por ejemplo).
Asimismo, se enlistan autores de la talla de Husserl, Sartre, Jaspers y
psicoanalistas como Freud, Adler y Jung, entre otros más.
Al final, en el último
capítulo se expone la propuesta gestáltica: tratamiento psicológico, las
estrategias y técnicas para afrontar la ansiedad.
Nuestro punto de
vista, personal, es en el sentido de que hoy, especialmente, enfoques como el
que se comenta conducen a no perder de vista que las enfermedades causadas por
estados de ánimo transitorios bien podrían ser flagelos tendentes a volverse
crónicos y aun alcanzar a la sociedad en su carácter de endemias o pandemias.
En su ensayo “La
sociedad como paciente”, Lawrence K. Frank hace notar la importancia de la
psiquiatría como acción terapéutica y la necesidad de que sus diagnósticos y
tratamientos trasciendan a lo social o colectivo. Un gran diván parecería ser
la humanidad entera en el caso de que las tendencias junto con los males
psicológicos cundieran sin esperanza remedial o de conducciones positivas.