En un ensayo dejado en el
polvo del olvido, José Francisco Ruiz Massieu trazó el perfil del político y el
estadista, haciendo ver que es privativo del primero la perspicacia y la
diligencia en su calidad de dirigente, mientras que califica al segundo, al
estadista, por su lucidez, acierto y eficacia en sus funciones de
líder-conductor, en su papel de liderazgo.
Habría que sumar un rasgo
distintivo para distinguir al político del estadista con el sello de lo que cada
uno deja tras de sí. Es decir, mientras el político actúa, toma decisiones
cotidianas y dictamina sobre la marcha, el estadista propone, plantea y resuelve
cuestiones para el futuro inmediato y mediato. Podría decirse que por su
formación, temperamento y alcances, el político procede al momento; hace y
después medita sobre lo llevado a cabo. Entre tanto, el estadista se conduce
con arreglo a hipótesis de trabajo como
lo hace el ingeniero social. Su labor es prospectiva, sin dejar de lado que
toda pausa ha de ser compensada por la certidumbre, el sano realismo y no sólo
el éxito momentáneo. Hace camino al andar.
Abundan los políticos, no así
los hombres de Estado.Resultan onerosos los primeros, por otra parte, en el
corto y el lejano plazo, más que los segundos, quienes a la postre
representan redituable inversión desde el punto de vista de la salud del Estado.
En Chihuahua, gobernó un hombre
de acción, de palabra elocuente y resoluciones firmes. Había sido legislador en
el Congreso federal y más tarde llevaría las riendas del municipio en la
ciudad-capital, para luego obtener el voto ciudadano a fin de encabezar el
Ejecutivo estatal,de 1998 a 2004. Concluido su Mandato, se retiró como aquellos
líderes romanos con pudor y discreción, a fin de no alentar malentendidos que
hubiesen obstruido la gestión de sus continuadores.
Ciertamente, no actuó en
completa soledad.Lo acompañaron funcionarios eficaces y leales, entre otros:
Antonio García Hernández (Comunicación Social); Víctor E. Anchondo Paredes
(Secretaría de Gobierno); Miguel Zapién Ponce (Finanzas y Administración)
Se fraguó en su desempeño como
hombre de Estado al que hoy, así, evocan sus coterráneos y le siguen, paso a
paso, en su fragorosa labor en la LXII Legislatura federal,
Se le recuerda como promotor
de la nueva frontera a través del acercamiento de los mandatarios del sur de
Estados Unidos y de la frontera del norte de México, en reuniones que
fortalecieron las relaciones entre las dos naciones: en lo tecnológico, lo
educativo y lo comercial. Asimismo en el área diplomática.
Inspiró vitalidad la
Conferencia Nacional de Gobernadores, ahora reconocida a partir de las reformas
impulsadas por el Presidente Peña Nieto y dictaminadas positivamente en el
Congreso de la Unión. Lideró la propuesta de reforma hacendaria y la relativa al
nuevo federalismo, entre otras, encaminadas hacia la actual renovación
institucional.
Hoy el senador Martínez
García ocupa, de manera digna y responsable, su curul en el Senado, con discreta
pero eficaz participación en las comisiones de Reforma del Estado, Relaciones
Exteriores, Defensa Nacional,Recursos Hidráulicos. Además,integra el Comité de
Fomento a la Competitividad, confirmando con ello su valiosa contribución en
el estilo de legislar.
Este 17 de enero se cumplen
14 años del atentado del que, afortunadamente, resultó con vida. Los
chihuahuenses, sus colegas y amigos hacemos respetuosa evocación de aquel
doloroso percance. A la luz de su pasado y presente desempeño, de él se espera,
a título de generoso complemento a su trayectoria, la edición de sus
remembranzas (motivaciones, estímulos, propósitos) En pocas palabras, la
divulgación de su gestión pública como un capítulo ejemplar y esclarecedor
dentro dela memoria histórica del México contemporáneo.