Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 27 de enero de 2014

LOS DESACUERDOS EN LA SEGOB: ¿Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN?


Se acaba de poner al descubierto el doble juego mediante el cual se pretende cubrir la ilegalidad que impera en torno al “Acueducto de la Discordia en el Estado de Sonora. Acudieron a la firma de un convenio que parecía vislumbrar luz al final del túnel, los involucrados en el controvertido tema. Pero no se percataron de la mala fe por parte de la autoridad ejecutiva, federal y local, de la firma de otro documento a la medida de los facinerosos.
Voz audible la del diputado federal, cajemense, Faustino Félix Chávez, en el semidesierto sonora. Su “Yo Acuso” es una fuerte señal de alerta acerca del juego sucio que se propone dejar sin validez lo acordado el fin de semana en el despacho de Bucareli. Su posición de abanderado de las causas progresistas, justas y equitativas, lo convierten en líder no sólo de su jurisdicción sino de su Entidad. La defensa de las etnias sonorenses ante acechanzas y  despojos en puerta dan a suparticipación presencia y lo hacen ver como figura idónea para encabezar tareas que, sin duda, colocarían a la sociedad norteña en condiciones de mayor competitividad en esta etapa de transición y cambio.
Ciertamente, no actúa en total soledad el legislador citado. Le acompañan personalidades políticas de la talla del Presidente Municipal de Cajeme, Rogelio Díaz Brown en defensa del violentado Estado de Derecho y un grupo de valiosos y valerosos dirigentes regionales, entre otros: Juan Leyva Mendívil, Baltasar  Peral y Tomas Rojo Valencia, representantes de los pueblos Yaquis
Después de hacerse públicoel fraude político de referencia a espaldas de la Tribu y de los productores del Yaqui, las preguntas sin respuestas aún y que los ciudadanos se hacen: ¿y el Derecho a la Información? ¿Y la pretendida transparencia de que se ufanan los de CONAGUA y de SEMARNAT?. Más aun, ¿Qué se puede esperar de  la publicitada obligación por parte de SEMARNAT, que daría cuenta y razón de los volúmenes trasvasados, reclamados por la TRIBU como robo en el corazón del semidesierto?
¿Que hay, por lo demás acerca de la ilegalidad de la construcción, del uso y usufructo del “Acueducto de la Discordia”? ¿Qué acerca con las voces críticas sobre el tema de la corrupción que ha hecho enmudecer a quienes desde el Senado y el Congreso federal tienen la responsabilidad de hacerse oír en este asunto controvertido que atañe, asimismo, a pobladores de Chihuahua, Durango y Sinaloa?
La moneda está en el aire. Y los sonorenses se ven cada más agobiados no sólo por la carga del endeudamiento público, sino por la impericia y la galopante irresponsabilidad.
Nada se ha ganado con la política del silencio, sino que los espesos velos de la impunidad cubran los graves crímenes y abusos sobre los grupos más desvalidos como los que representan los de los marginados pueblos Yaquis. Nada se está ganando ahora, cuando es urgente que resplandezca el sol de la comunicación por todos los medios al alcance: prensa, radio, página impresa en toda la extensión de la palabra.
Nada se obtendrá en el inmediato y mediato futuro con la actitud pusilánime y tolerante de los líderes de opinión, de quienes piensan y escriben para ilustrar a la sociedad, sino el desprestigio, la desconfianza y la nula credibilidad hacia aquellos, por otra parte, que a fin de preservar un mal entendido prestigio prefieren los “beneficios” del silencio a la  lucha bien entendida en los foros en donde ser promueve y crean los hombres públicos, los dirigentes visionarios y los líderes con talla de estadistas.

Quedan temas: la invasión, contaminación y el despojo de predios en el territorio nacional por parte de empresarios extranjeros quienes han encontrado en la indolencia de las autoridades mexicanas campo libre para la extracción ilegal de metales e hidrocarburos.