Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 6 de enero de 2014

DESPOJO Y PROVOCACIÓN: LAS GUERRAS DE LA TRIBU YAQUI


Tal vez esta sea la última confrontación de la etnia yaqui frente a sus acosadores. En la crónica de la guerra contra los conservadores del siglo XIX, de Manuel Balbás y Fortunato Hernández (Hermosillo, Sonora, 1985), es asombroso el heroísmo y la dignidad para defenderlo que era botín en discordia: las tierras de su heredad. Hoy son los predios de labranza y los mantos freáticos hurtados con lujo de prepotencia, valiéndose de su tradicional olvido e indefensión.
El actual capítulo, plagado de provocaciones en esta larga historia, es el enfrentamiento organizado con los más aviesos fines: el relacionado con la transferencia de mandos, a efectuarse justo en este 6 de enero. De lograrse el objetivo, la valerosa lucha de los yaquis por el recurso del agua terminaría en lo que, por lo visto, ha sido y es hasta ahora: un “ejercicio de simulación”. 
Por cierto, las tierras con las que el general Cárdenas rehabilitó a la Tribu, aparte de otras etnias y otros desposeídos, de Coahuila por caso, en compensación por la sangre derramada por ellos durante la Revolución, les fueron refrendadas por Luis Echeverría, habilitándolos con recursos financierosy medios para su explotación y beneficios. Aunque, como es sabido, Carlos Salinas de Gortari expuso al interés de los acaparadores las tierras ejidales al convertir en letra muerta  los títulos de heredad comprometidos, convirtiéndolas en objeto de compra-venta al mejor postor.
Los mandatarios conservadores, Fox y Calderón, quisieron dar el tiro de gracia a los grupos indígenas, abanderando la ancestral lucha en su  contra poniendo restricciones a las políticas de solidaridad ejecutadas por el entonces responsable de los programas de bienestar social: el sonorense Luis Donaldo Colosio, victimado, a su vez, por la traición política desde la entraña del poder.
Han sobrevivido los yaquis a embestidas como las perpetradas con motivo de Ley Lerdo de 1856 cuandoresistieron persecución del régimen para colonizar propiedades aborígenes en los valles del Mayo y del Yaqui. Asimismo, se sublevaron en 1897 liderados por  el sucesor de Cajeme, Tetabiate, quien firmaría la llamada Paz de Ortiz, y cuya muerte sería voz de alerta para advertir acerca del infundio de que los indios son incapaces de convivircivilizadamente en paz, laboriosidad y armonía.
La más reciente de las guerras que han tenido que librar los indígenas no sólo del Yaqui, sino de todo el territorio nacional, del norte y el noroeste, del sur y el sureste, lleva el lema de que los indios son perezosos, semisalvajes e ignorantes; predispuestos al vicio, la abyección y la violencia, por lo que merecerían no sólo la marginación sino el despojo de lo que no son capaces de usufructuar.
Vía el confinamiento, la discriminación en los beneficios de la salud, la educación y la ocupación productiva para la autosuficiencia, las etnias, como ahora la del Yaqui, son expuestas a la opinión pública como alteradores de la ley, usurpadores de lo que no les pertenece, obstructores de la vida organizada: comercial, agroindustrial. En fin, delincuentes salteadores en la vía pública, por decir lo menos.
Hoy las etnias en el sur de Sonora se enfrenten entre sí.  Como en el pasado, son objeto de cruel simulación al servicio delos poderosos. Si entonces fueron víctimas de la voracidad de colonizadores criollos y extranjeros, hoy se ven envueltos en mantos de odio racial, menosprecio por su apariencia de ciudadanos de segunda o de tercera: que así suelen tratarlos o clasificarlos.

Mientras tanto,la ONU advierte al gobierno de Peña Nieto sobre  vulnerabilidad de los derechos humanos entre los indígenas. Y el EZLN celebra, redivivo, el vigésimo aniversario de su alzamiento.