Por Federico Osorio Altúzar
Tiene
nuevo Rector la cincuentenaria casa de estudios superiores en el Sur de Sonora.
De plácemes, sin duda, la comunidad académica del Instituto que ha sido,
durante medio siglo, un legítimo orgullo de los sonorenses, incluyendo a los
radicados fuera de la Entidad.
El
doctor Isidro Roberto Cruz Medina asume la Rectoría en una etapa clave para la
institución, no sólo por sus cercanos 50 años, sino por su función educativa y
social en la tesitura de la renovación económica, cultural y productiva por la
que clama la promisoria región del Noroeste mexicano.
Se
compromete el Rector en tres frentes de la vida del ITSON: a) elevar la calidad
académica: b) fortalecer la investigación, y c) realizar los programas con el
consenso de la comunidad de maestros, alumnos y personal administrativo.
No
se trata, por el sentido de su propuesta, de impulsar una especie de
cogobierno, sino más bien de acentuar la vida colegiada: es decir, la
participación de docentes y población escolar, sin olvidar los apoyos
imprescindibles de los empleados al servicio de la institución.
Quienes
egresamos de las aulas del entonces ITNO (Instituto Tecnológico del Noroeste)
seguimos, a distancia, el curso de nuestra antigua casa de estudios y evocamos
a menudo los nombres y figuras de nuestros maestros, así como el alumno de los
primeros grados recuerda, con emoción y permanente afecto, a sus mentores de
los años tempranos del colegio.
Por
lo que se refiere a quien esto escribe, siento el hálito de reminiscencias del
señero inmueble de las calles Chihuahua y Doscientos, el cual fue haciéndose
familiar, poco a poco, en los inicios de la Institución por ser el ensayo
novedoso considerado por directivos y patrocinadores como radiante símbolo de
nuevos tiempos. Ciertamente, motivaba críticas positivas y adversas, por parte
de sectores de aquella sociedad bullente, plena de energía, vigor y de la
audacia propia de sus hombres de empresa. Decir Valle del Yaqui en aquel
entonces era aludir a la pujante agricultura del Estado, al despertar de una
generación de inversionistas que apostaban desde entonces al triunfo de la
voluntad, la tenacidad a toda prueba y a la competitividad como un estilo de
vivir y convivir.
Dos
plantas o niveles ocupaban las aulas del bachillerato, la modesta oficina del
director, y la ciertamente humilde biblioteca de la institución. Por las tardes
alojaba a una pequeña población de quienes serían contadores y auxiliares de
negocios, al propio tiempo que el deporte gozaba de campos deportivos, que
llegaban hasta las calles de 5 de Febrero.
Impartían
ahí su saber distinguidos catedráticos quienes, siendo prestigiados
profesionistas en la localidad, generosamente hacían cotidiana entrega de su tiempo a la noble misión de
enseñar a un puñado de ávidos destinatarios de los conocimientos científicos, humanísticos
y destrezas técnicas.
Julio
César, el romano, se paseaba con su “Guerra de las Galias”, por las aulas del
flamante ITNO. “Galia est omnia diuisa in partes tres”, hacía decir el maestro
universitario Bernabé Navarro a sus inquietos alumnos en la clase de Latín. El
nombre de Freud brotaba de los labios del Dr. Daniel Marín en su clase de
Psicología y los griegos de Atenas entraban y salían de las cátedras del
humanista, licenciado Alberto Delgado Pastor, al lado de cuya sonora voz se
hacía escuchar la del director, el Dr. Julio Ibarra Urrea, disertando sobre
temas de Biología… Son inolvidables las lecciones de abogados, médicos,
arquitectos, contadores y economistas, de indelebles recuerdos aunados a la
gratitud.
De
este 2012 al 2016, conducirá el ITSON el Dr. Cruz Medina. Lo mejor para él,
para el claustro de maestros y los afortunados estudiosos congregados en la
cincuentenaria casa de enseñanza superior de Sonora. Así como para la sociedad
del Sur de Sonora.