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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 31 de enero de 2012

PATRICIO MARTÍNEZ: DIGNIDAD Y EFICACIA DESDE EL SENADO




Por Federico Osorio Altúzar

Desde Chihuahua, el Estado grande, nos llegan  buenas noticias, señales de lo que sin duda ocurrirá en julio próximo, mes a fin de resolver electoralmente si la democracia en nuestro país sigue siendo, o no, de pantalones cortos. Y para refrendar la proclama: “Sufragio Efectivo. No Reelección”. 
En Chihuahua, el Partido Revolucionario Institucional, tras una de las resoluciones más complejas de su historia reciente, nominó candidatos para contender en los comicios federales. En ejemplar proceso interno, logró hacer a un lado a quienes por inexperiencia, falta de profesionalismo y prestigio requeridos resultaron inelegibles. Y optó,  finalmente, por aquellos que cuentan con una hoja limpia en el servicio público y, en consecuencia, los hace dignos de la plena confianza popular dentro y fuera de su Partido. Son garantes de la adhesión popular,
Así, escogió aspirantes a integrar el Senado de la República con buena fama, prestigiados profesional y cívicamente. Y entre ellos, seleccionó a un extraordinario priista, fuera de serie: un contendiente que vuelve al escenario político después de haber cumplido honrosa y valerosamente su responsabilidad de mandatario (1998-2004).
En medio del beneplácito de sus coterráneos, Patricio Martínez García es símbolo en toda la geografía nacional y ejemplo transparente de la determinación del priismo estatal y nacional con la mira puesta en una efectiva renovación desde sus bases, haciendo valer glorias y realizaciones del pasado como organización revolucionaria..En consecuencia, es signo de la voluntad partidista para emprender la  reforma del Estado: la reforma jurídica y política, la reforma fiscal  hacendaria, la reforma educativa y la reforma agraria. En suma, dicha nominación es preanuncio de la vuelta del  PRI a sus orígenes como organización política capaz de encumbrar a hombres y mujeres visionarios con vocación democrática, genuinos luchadores con ánimo revolucionario en el amplio sentido del término.
Habría que empezar con el rescate del Senado, dándole nueva fachada institucional y no sólo inmobiliaria. Es decir, con el rescate de sus funciones, convalidando las tareas esenciales del Poder Legislativo, atado a la fecha a su papel de báculo al servicio de intereses nefandos: sumiso confidente del poder en turno. Dicho rescate comenzaría por recuperar el prestigio y la eficacia del órgano colegiado para ejercer el control constitucional del Ejecutivo y para velar por los genuinos y acuciantes intereses de los ciudadanos en las entidades que representan. Los nuevos huéspedes del Senado contribuirían, de ese modo, a refrendar efectividad y dignidad a sus funciones, y asegurar a los Estados de la Federación que pueden contar con cada uno de sus integrantes en la legítima defensa de sus problemas inmediatos.
Así, ante la sequía, la defensa del recurso hídrico debería afrontarse con arreglo a Derecho, con la intervención de un Senado previsor y diligente, para contender por  las causas e intereses de los mexicanos en asuntos apremiantes: en lo interno, a fin de impulsar el nuevo federalismo; en lo exterior, con propuestas eficaces en materia de migración; ante los tribunales, como garante de los Derechos Humanos. Y con una legislación progresista, alentar el prestigio tradicional de México en el escenario internacional.  
Tras los comicios de julio, el ex diputado federal, ex presidente de la capital chihuahuense, ex gobernador del Estado  (el mejor de los últimos años, se dice), el flamante senador, entonces, podría ser la carta fuerte para presidir el órgano colegiado y para conducirlo a puerto seguro, al lado del titular del nuevo Ejecutivo federal, inaugurando el subsiguiente capítulo de la democracia en México.
Esperemos lo mejor.