Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







sábado, 11 de junio de 2016

LOS TIEMPOS DE VOTAR: HIPÓTESIS Y CONJETURAS

Resultado de imagen para voto


Año de elecciones no sólo en nuestro país, sino en la nación de Lincoln y de Washington. Asimismo, en la hermana República de Perú.
Mal tiempo para votar, diría José Saramago en su “Ensayo sobre la lucidez”.
En nuestro azotado territorio, el movimiento reaccionario, conservador a fin de utilizar un eufemismo, ha vuelto ante la desesperación, las acusaciones por todos lados, ciertamente de quienes apostaron por el triunfo de las reformas presidenciales y la continuidad del ya legendario partido en el poder.
Las conjeturas no se han hecho esperar.
Al día siguiente de los comicios, el triunfalismo de la derecha dio rienda suelta.
Acción Nacional se declaró partido vencedor frente a un PRI en bancarrota. Apuntalándose en la extrema izquierda (Morena-PRD), el análisis cuantitativo de sus líderes condujo a vaticinar el regreso, en 2018, a la residencia presidencial de Los Pinos, aduciendo el estridente rechazo de los ciudadanos a la agrupación que encumbró al actual titular del Poder Ejecutivo federal.
La corrupción oficializada fue el tema, manejado como catapulta en contra de la administración mayoritaria representada en gobiernos locales y en la Federación.
Los malintencionados recordaron cómo tras la reforma propuesta por Carlos Salinas de Gortari, la alianza secreta entre los grupos de Zedillo y Fox dio entrada a la reacción, tal y como ahora entre los epígonos del PAN quienes pretenden socavar las bases del mandatario reformista en aras de una época presidida por los émulos de Santa Anna y Miramón.
En el país del Norte, cabeza del imperio mundial, la situación es mucho más complicada que la nuestra.
Allá el triunfo temprano del republicano para liderar la candidatura a la Presidencia ha causado pavor entre las filas del Partido de Lincoln y de Kennedy, el cual se ha despejado a partir de los últimos días, con la victoria de Hilary Clinton.
No se trata sólo, como ocurriría aquí, de alternancia o de relevo en la suprema magistratura.
El trasfondo es de mucha mayor monta y de consecuencias difícilmente previsibles.
Mal que bien, el Partido Demócrata ha sido abanderado de causas ponderadas como avances y progresos en la historia política de los Estados Unidos.
Sin ir muy lejos, el Demócrata es la organización que más ha hecho por el ideal del igualitarismo. Prueba constatable es la Presidencia del país en manos de Barack Obama, el estadista de color que hace renacer la esperanza en la equidad y la justicia de marginados dentro de las fronteras de la gran nación.
El Partido Demócrata, asimismo, es portavoz de  la sociedad abierta proclamada por Karl R. Popper; es decir, la sociedad sin amenazadoras murallas y retenes conculcadores de la libertad y la oportunidad.
Ha enarbolado las armas como lo ha hecho todo imperio que aspire a seguirlo siendo. Y es garante, prueba en contrario, de la igualdad (no identidad) de género en todas las actividades humanas, sin soslayar la dedicación a la política. Prueba de ello, nuevamente, es la candidatura de Hilary Clinton a la Presidencia de la República.
En Perú, el resultado electoral da un respiro de tranquilidad a la población, dado el  preámbulo de conflictos sin término.
Volviendo a lo nuestro, sin soslayar lo que está por venir en el vecino país, aquí se debate mucho de lo que será el futuro económico, diplomático y social del país.
Con Saramago, así, habría que expresar que los tiempos son malos para el ejercicio del voto. Es decir, que sopla mucho viento, presagio de tormentas.

El monstruo de mil cabezas amenaza por todas partes. Visiblemente: la reacción conservadora y el terror islámico.