Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 8 de abril de 2016

DÍA MUNDIAL DE LA SALUD: DIABETES, FLAGELO A VENCER

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Azotes contra la salud humana han sido y son el cáncer, la tuberculosis, la influenza, la malaria. Y así, sucesivamente. Pestes como la peste bubónica, han diezmado una y otra vez la población mundial dejando huellas indelebles en la memoria como un suceso ineluctable.
Hoy es la diabetes el flagelo que emerge en todo el orbe, poniendo de relieve la advertencia fatal en cada puerta de ricos y pobres, de fuertes y débiles, de niños, jóvenes y ancianos.
Las cifras son expresivas de un mal que avanza año tras año. Para empezar, el dato de que en término de dos años la cantidad de enfermos por la diabetes aumentó en 1.5 millones resulta escalofriante.
Lo mismo pasa cuando se entera uno acerca de los millones que mueren en condiciones por demás lacerantes. El 8.5 de las víctimas del total (cerca de 500 millones), es de adultos.
Ahí se engloban modestos trabajadores, hombres de ciencia, mujeres que dejan en la orfandad a pequeños, jóvenes y adolescentes, varones y niñas.
Una tercera parte, reporta el IMSS en Sonora, es atendida en las clínicas de la institución.
La diabetes infantil no se incluye todavía en el programa.
Allá mismo, en la Jurisdicción Sanitaria 4, a cargo del doctor Antonio Alvídrez Labrado, se anuncia un programa previsor ante el azote de referencia, de cuya eficacia dependerá, sin duda, contener el avance silencioso aunque asolador al final de cuentas de la perniciosa enfermedad.
Alvidrez Labrado es un profesional ampliamente conocido en Cajeme. Su incursión en las filas de la administración pública se relaciona con formación jurídica como egresado, asimismo, de la carrera de Derecho. Pero sus afanes médicos, de vuelta, lo sitúan como un eficiente atalaya para avizorar, con anticipación, los posibles males que podría arrostrar, indefensa, la sociedad.
Propone opciones al alcance de todos a través de los recursos de la prevención, implicando con ello el viejo lema de que es preferible anticipar antes que remediar. Sobre todo cuando las acciones remediales, como en este caso, son derrotadas con facilidad por los embates del flagelo: ceguera, invalidez, trastornos orgánicos de diversa índole.
El  Dr. Alvídrez Labrado plantea dos objetivos principales: uno, reducir hasta en una tercera parte la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, hacia el año de 2030; dos, suscitar la conciencia, un darse cuenta por sí mismos, de que la diabetes es un flagelo que va en aumento, así como alertar acerca de sus abrumadoras consecuencias.
No se olvida, da a entender el galeno, que el modo de vida determina, principalmente, el retraso de la temible enfermedad.
“Vence a la diabetes” es el emblema en el Día de la Salud.
Y el lema, en efecto, no es como si se tratara de una advertencia para una fecha onomástica.
Es un imperativo que, en cierto modo, incumbe a todos los seres humanos. De nuevo, ricos y pobres, sabios y no estudiados, niños y ancianos.
Vencer la diabetes no es tarea de una etapa de la existencia. Es una exigencia de toda la vida; para toda la vida. Así de importante, así de sencillo, así de grave. Con la sencillez propia de convertir en hábito, en costumbre cotidiana el evitar excesos en el comer, hacer ejercicio físicos en forma sistemática, mantener una estricta vigilancia constancia en relación con el peso y atender molestias, por ejemplo, de la vista durante la lectura.

Así, la disminución del mal y su respectivo control estará en manos de los mismos pacientes, en la medida que haya de por medio una información fluida y comprensible al alcance de todos.