Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 14 de octubre de 2013

ANARQUISMO REPETIDOR: CRISIS DE LA DEMOCRACIA



Vecinos cercanos, al fin  y al cabo, habría que reconocer que Estados Unidos y México afrontan atroz y devastadora crisis sociopolítica y económica. En Washington, los ultraconservadores pretenden atar de manos y pies al Presidente Obama; aquí, la izquierda radical y la extrema derecha hacen hasta más no poder, con el fin de obstruir las acciones renovadoras del Presidente Peña Nieto.
Ciertamente lo que resiste apoya. No obstante, el costo social tiene limitaciones. Lo mismo que la tolerancia con los intolerantes.
El mandatario estadounidense  está entre la espada y la pared, por obra y gracia de un Senado conservadurista dispuesto a contener toda iniciativa tendente a la innovación de la convivencia equitativa, justa desde el punto de vista social, y con posibles efectos contemporizadores en el mapa internacional. La reforma migratoria ha sido el pretexto para obstruir los avances jurídico-institucionales en la poderosa Nación. El mandatario Peña Nieto, en vísperas de alcanzar su primer año de gobierno, se la ha tenido que ver con tirios y troyanos al grado de dar la impresión, aparente por cierto, de flaqueza e indeterminación para lograr el triunfo de sus propuestas renovadoras enunciadas antes y después de asumir la Presidencia.
La reforma educativa en México ha sido y es el pretexto para ensayar algo así como una revuelta nacional, una reyerta provocada por la oposición, venida gradualmente a menos, y el naciente régimen reivindicador de pasado e ilustre prestancia, representado por el denostado PRI. La lucha resulta encarnizada, para decirlo con acento metafórico, pero nada asegura que la búsqueda de confrontación no termine con un saldo negativo lamentable para los que nada tienen que ver con este anarquismo enfermizo que un día iza unas banderas y las cambia paladinamente por otras.
Mal se dice cuando se estima que el principal perdedor, además de los sectores productivos afectados y los sectores sociales sumidos en el desempleo, la inseguridad y la frustración, es el sumiso y complaciente jefe de Gobierno del DF, un funcionario  convertido en  báculo de los dirigentes del PRD, escudados en las sombras que da la impunidad y el servilismo. Mal se dice, pues el principal derrotado en esta desgastante batalla es ni más ni menos el PRD, la organización nacida para la derrota desde su fundación hasta su letal, pero indetenible declive.
En las calles y en el Congreso, el partido de los Ebrard, los Camacho, sin descontar al  emblemático, para ellos, Andrés López Obrador,ha llegado a lo que podría ser su postrera escaramuza. Afuera, la sociedad capitalina con repercusiones en el territorio nacional, ha emitido su fallo sobre el otrora denominado Partido de la esperanza. Su anarquismo repetidor no ha convencido a nadie, como no sea a los usufructuarios de la confusión y el rezago de las clases humildes y marginadas.
Dentro, en los foros en los que se proponen y aprueban las leyes de trascendencia social, el PRD se ha vuelto un fantasma que merodea en los rincones,convalidando  avances ya implícitos en las propuestas. Por ejemplo, en lo del IVA a las colegiaturas, promovida por el Partido en el poder, el PRI, como señuelo para atraer a los incautos e improvisados legisladores de oposición.
Por su lado el PAN, congruente con su trayectoria, no ha hecho sino servirse de la organización izquierdizante para lograr que las reformas (educativa, política y hacendaria) se vuelvan sostén de sus tenebrosas aspiraciones.

Para concluir: es de esperar que se dé caritativa sepultura al anarquismo intolerante y repetidor. Y confiar en que, cuanto antes, salga el sol del anarquismo creador. Creador de oportunidades, de empleo, escuelas y de riqueza social y cultural. Falta nos hace.