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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 23 de abril de 2012

SONORA HONRA A BENEMÉRITOS DE LA SOCIEDAD




                                                 Por Federico Osorio Altúzar

Malas, buenas y excelentes noticias llegan de Sonora, la entidad flagelada por la violencia del crimen organizado en sus poblaciones intermedias y comunidades urbanas. Buenas nuevas son las noticias relacionadas con el ITSON (Instituto Tecnológico de Sonora), cuyo nuevo rector llega, después de tiempos difíciles, a la máxima jefatura de la cincuentenaria institución con un proyecto académico convincente, innovador y visionario.
Cabe esperar, con buena esperanza, que ayude en actualizar las funciones educativas de otras casas de estudios bajo condiciones administrativas y escolares similares, cuyos compromisos son, deben ser, los del cultivo de las ciencias y las técnicas con finalidades eminentemente sociales.
Información reciente lleva a reflexionar, por otra parte, sobre un lugar aparentemente común: la preparación en las ciencias, las humanidades y las técnicas debieran alcanzar significación plena en la medida de que cumplan su vital cometido. Así, la cuarta edición del programa Profesionales del Año en el Estado de Sonora, correspondiente a 2011, refrenda el principio de que los egresados de instituciones educativas sufragadas por la población tienen la misión de cumplir con el deber de restituir los beneficios obtenidos. Al propio tiempo,  honrar, honra, cuando se exalta el mérito a través del público reconocimiento por las acciones que promueven solidaridad, humanitarismo y solicitud en bien de los demás.
En la entrega de reconocimientos a profesionistas seleccionados  por sus colegios e instituciones de origen, el subsecretario de Educación Pública de Sonora, Vicente Pacheco Villanueva, precisó en la ceremonia oficial de referencia que se trata de personas comprometidas con sus comunidades en áreas de la salud, administración pública y privada, ingenierías en el arte de la construcción, etcétera. Precisó: la sociedad, de ese modo, premia en público lo que, inclusive, se hace en privado.
Entre los más de treinta profesionistas reconocidos en Sonora figuran mujeres y hombres reconocidos por destacar en su especialidad; sobresalen por su generosidad  manifiesta al servir a su comunidad. Un buen ejemplo: entre el grupo de enfermeras, el reconocimiento otorgado a Reyna Emma Escudero Clark ilustra cabalmente lo anterior, pues la galardonada cuenta con grado de maestría, a cuyo mérito se suma su encomiable desempeño gremial y profesional, y en cuyo expediente figura el haber sido designada, con anterioridad, coordinadora de un Diplomado de profesionalización docente para trabajadores del IMSS. Y para sorpresa de no pocos, inclusive profesionales de la salud; es decir, del área médica. Se explica la distinción por haber ponderado el jurado calificador su desempeño práctico y la actualización sistemática en docencia; antecedentes de egresada sobresaliente del Tecnológico de Sonora ubicado en su  ciudad de origen y  contar con maestría por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En contrapartida, la huelga en la Universidad de Sonora pone sobre advertencia acerca de lo que podría desencadenarse en el corto plazo. Coloca un velo sombrío sobre los destinos de la educación profesional en las casas del saber, a expensas de los vaivenes de la política convertida en la Cama de Procusto, ideada para ajustarla a  nefandos intereses particulares y lesivos al crecimiento y desarrollo material y sociocultural de la población.
Pero la historia no se repite, por fortuna y por lo que vemos, a pesar de sucesos bochornosos y recurrentes como los que se ciernen sobre la principal casa de enseñanza superior en la entidad norteña y como lo ocurrido asimismo en el antes mencionado instituto allende el industrioso sur del Estado.