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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 12 de julio de 2011

CONAGO AHORA: POR LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA LEGALIDAD


                                                    Por Federico Osorio Altúzar

Chihuahua capital, la ciudad más segura, limpia y confiable, declarada así en 2004 por  CALEA, la entidad internacional  encargada de certificar  la calidad de convivencia en el Continente, ha vuelto a destacar con motivo del cónclave que congregó a la República en su papel de sede para la Primera Conferencia Nacional de Seguridad, convocada por el gobernador César Duarte Jáquez en sus funciones de presidente del ramo en la CONAGO.
Huésped diligente y en alto grado eficaz, a tres semanas de asumir la honrosa encomienda acordada por sus pares, el mandatario chihuahuense acredita capacidad de convocatoria para congregar a los ejecutivos del país a fin de analizar, confrontar y establecer estrategias viables, con apego a la constitucionalidad de la legislación en la materia y enfilar hacia un nuevo derrotero la seguridad pública nacional, en evidente bancarrota. Bajo esa inspiración, la cumbre de gobernadores ha ido más allá, finalmente, de las buenas intenciones, de proyectos y alucinantes promesas. Las conclusiones y los acuerdos son reveladores de una voluntad unánime, con acento federalista y determinación de un cambio frontal y decisivo en el combate a la criminalidad que, sin duda, trascenderán en todos los ámbitos del país sin el impedimento de regionalismos y diferencias ideológicas y de partidos.
Chihuahua ha dado el primer paso, un paso en firme, trascendental, en orden a reorganizar la estrategia de la lucha anticriminal, comenzando desde el principio. Reunió, con excepcional acierto, a los directos responsables, a los ejecutivos estatales en sus entidades de origen, de la seguridad pública y jurídica. Convocó a los más reconocidos líderes sociales, representantes de la cruzada nacional para denunciar la ineficacia y la impunidad en una acción que hace recordar a Leoluca Orlando, el artífice del renacimiento de la ciudad de Palermo en Italia. Y ha puesto a consideración de la opinión pública, de los mandatarios y de la sociedad mexicana en general, el sentido y el alcance de las reformas a la constitución del Estado de Chihuahua, en materia penal, y de su aplicación, demostrando con ello que es factible, insoslayable asimismo, el cambio de estrategia en la batalla contra la inseguridad.
En consecuencia, César Duarte predica con la palabra y con los hechos. Pone ejemplo en el sentido de que la lucha contra la delincuencia por la vía institucional y civilizada, con fundamento en la ley, no sólo es posible, sino viable; debe y puede ser de carácter constitucional, coordinada y aplicada con arreglo a la legalidad democrática. Con sus pares, ha compartido vivencias y experiencias y ha logrado que CONAGO regrese a sus orígenes, según la inspiración de sus padres fundadores. Y que a partir de hoy, la Conferencia deje de ser escaparate vacío, foro de recriminaciones y desahogos,  portal de lamentos. Cultura de la legalidad, procuración y administración de justicia, legitimidad democrática, prevención social, financiamiento de la seguridad pública en los estados y municipios, fortalecimiento de la cohesión social, han sido mesas de trabajo en donde se obtuvieron conclusiones en primera instancia de utilidad para  los consensos alcanzados en la reunión plenaria.
Pero el acuerdo principal, sin duda, es la expresión de la voluntad de cambio con el apoyo de los líderes sociales que son, por hoy, conductos diáfanos, sin interferencias,  de la libre expresión ciudadana, canales de todas aquellas denuncias, reclamos y protestas que no han tenido eco. Que han caído, hasta el día de hoy, en oídos sordos y han pasado ante ojos que miran pero no ven.