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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 20 de junio de 2011

EL BACHIILERATO DE LA UNAM: EN EL FIEL DE LA BALANZA





Por Federico Osorio Altúzar

Reanuda la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM el ejemplar y  útil ejercicio de efectuar sobre sí misma, como institución secular, un diagnóstico o autoexamen de sus actividades al servicio de la educación media superior en México. Del 19 al 21 de este mes, efectúa su Reunión Anual de Funcionarios en  Taxco, Guerrero, sede designada para efectuar la susodicha introspección. Antecede, por cierto, a las Jornadas Alarconianas, edición número XXIV. El cónclave universitario se efectúa en una tesitura sociocultural, económica y de incertidumbre laboral, en el corazón de la cual el bachillerato universitario afronta retos y desafíos inusitados para cumplir con idoneidad su tradicional y generoso cometido.
Vale mencionar aquí el dato de que sólo el diez por ciento de los aspirantes podrán ingresar al subsistema escolar de referencia ante una crecida demanda de oportunidades para emprender el inicio del casi centenar de carreras que imparte nuestra casa de estudios.    
Ser preparatoriano es un timbre de orgullo legítimo que nada tiene que ver con sentimientos de presunción. Entraña una gran responsabilidad dentro y fuera de la comunidad, dice su actual directora, la maestra Silvia E. Jurado Cuéllar, quien cumple por estos días el primer año al frente de la ENP, y quien hace muy poco expuso su Plan de Desarrollo Institucional, cuyos lineamientos llegan al año de 2014, cuando la Preparatoria cumpla el 145 aniversario de su fundación. La Secretaría de Planeación, a cargo del maestro José Ricardo García Rodríguez, aplicará, sin duda, las políticas tendentes a elevar la eficiencia y eficacia requeridas a los funcionarios académicos de la ENP, con base en las directrices del aludido Plan y a la luz de la conferencia de Taxco.  
Símbolo de la República restaurada, mecida en la cuna del liberalismo laico, independista; inspirada en los ideales pedagógicos del positivismo filosófico y educativa del doctor Gabino Barreda y de Porfirio Parra, la ENP sigue irradiando los luces del conocimiento científico-natural, del saber ético y social, y de todo lo relativo con la formación artística de sus educandos sin desatender, por supuesto, la comunicación de los avances y el progreso de las tecnologías más recientes.
En Taxco, “La ciudad de la plata” (Gernika, 2011), aludiendo al título de la novela de Salvador Azuela Arriaga, exdirector del plantel 7 “Ezequiel A. Chávez”, la reunión de funcionarios preparatorianos es signo de revitalización de la vida colegiada de la Preparatoria, un acto de intenso y profundo análisis de sus funciones con miras a realizar no sólo un recuento de las mismas sino de ponerlas a las resultas de las demandas y expectativas sociales que laten aquí y allá en el seno de la sociedad nacional. La difusión del balance registrado en sus líneas generales, dentro del campus preparatoriano como hacia el exterior, y la destinada a la opinión pública nacional, señalará los rumbos del quehacer educativo dentro de la ancestral casa de estudios.
Así, bajo el criterio de la planeación con sentido participativo, con arreglo a la organización o reorganización, de los recursos humanos y materiales, principio instituido en el rectorado del ingeniero Javier Barros Sierra, la reunión de Taxco 2011 marcará sin duda derroteros viables para dar certidumbre al proyecto educativo que, siendo formalmente innovador, podría responder con creces a las esperanzas y anhelos razonables que albergan millones de mexicanos jóvenes y padres de familia en el inicio de este siglo.
Se trata no sólo de querer subjetivamente los fines, sino de querer objetivamente, asimismo, los medios. Una tarea apremiante, de carácter institucional,  y de hondo calado en su proyecto y diseño, así como en el seguimiento y acreditación de logros a través de la planeación y la evaluación de los resultados.