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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







jueves, 14 de octubre de 2010

LA SIERRA TARAHUMARA: ALMACÉN DE OPORTUNIDADES



                                                                      Por Federico Osorio Altúzar

En medio de la encendida polémica acerca del papel del municipio  en la vida del país, asumen su cargo los munícipes electos el pasado mes de julio. Son modernos adalides de la modernización al lado de mandatarios con visión renovadora al margen de ideologías y partidarismos. Es la vuelta al federalismo consagrado en el 115 constitucional, mandato por hoy ineludible.
En la alta y la baja Tarahumara se gesta un movimiento sociopolítico de insospechadas consecuencias, si las acciones se acompasan con los discursos de campaña. César Duarte, gobernador de Chihuahua, ha dado el banderazo de la renovación mediante una convocatoria persuasiva a la participación de líderes empresariales, dirigentes gremiales, coordinadores de la educación profesional y técnica, cuyo objetivo principal es poner término a la violencia, al odio y las venganzas por medio del trabajo organizado y la inversión productiva.
En los confines de la región serrana, colindante con los estados de Sonora, Durango y Sinaloa, hace eco el despertar de su largo sueño un proyecto innovador no sólo por el contenido de las propuestas sino por el carácter organizativo, el acento interdisciplinario y el sentido de cooperación a la luz de un ambicioso plan que involucra, de manera integral, los recursos que atesora la naturaleza al igual que los atesorados en el talento creativo de la población.
Es un proyecto con alternativas reales de desarrollo integral, asegura el presidente municipal de Moris, Martín Pérez Campos, por segunda vez electo, cuya demarcación geopolítica está vivamente descrita en  “Noticias Estadísticas del Estado de Chihuahua, por J. A. Escudero, cuya primera edición data de 1834. El proyecto ancla en lo profundo de la impresionante, ingente en sus retos y desafíos, Sierra Madre. Nace y toma impulso en una de sus regiones más pródigas, espléndida por sus habitantes, su historia y opulencia.
Inmersa en un olvido inexplicable, con siglos de soledad sobre sus hondonadas, cordilleras y sinuosidades; ahíto su vasto escenario de esperar con templanza y resignación, la Tarahumara  hace oír su voz convertida en grito rebelde para que su almacén de oportunidades sea lo que  el alcalde Pérez Campos propone en su llamado al trabajo organizado, a la inversión planificada, a la participación de todos, desde el modesto agricultor hasta el capitalista con visión del presente y del futuro.
Hay en la propuesta todo un menú de oportunidades a fin de concurrir con experiencia,  valor empresarial y pulso planificador al reto del siglo, al singular desafío municipal del que hablaba el desaparecido José Francisco Ruiz Massieu en el ya lejano 1982, cuando definía la figura política y ético-jurídica del municipio como una “manera de vivir de los mexicanos. Una manera descentralizada de vivir”.           
El proyecto, de suyo ambicioso pero anclado en información verificable, comprende carreteras por hacer, caminos rurales por emprender, urbanización y servicios básicos (energía, agua potable, rellenos sanitarios, hospitales y centros de salud con médicos y enfermeras; escuelas con maestros y con alumnos); drenaje, calles y espacios comunes.
Pero no hay que soslayar lo siguiente: sin tratarse de un milagro en la Tarahumara la llave maestra aquí, como en cualquier propuesta de orden social, económico y cultural, es la organización, la asociación, la planificación, antídotos ante todo riesgo de frustración y aun de fracaso. Son una cadena de municipios, más de 12 al parecer. Una red de voluntades con sus alcaldes al frente, quienes desde ahora se imponen deberes para hacer propuestas legislativas en orden a la seguridad jurídica del proyecto, a su información, difusión y persuasión masivas que aseguren integridad laboral y en materia ambiental. Estamos ante el despertar, luminoso despertar.