Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 13 de agosto de 2018

BIENVENIDA EN LA UNAM: SER UNIVERSITARIO


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Ser universitario no es asunto fácil, cómodo o de efímera ostentación. Se requiere de entereza, responsabilidad y grandeza de ánimo.
En 1968, los universitarios de bien, de cepa pura con palabras del ex rector Guillermo Soberón, símbolo de lo que arriba escribimos, dieron prueba de ello, poniendo en riesgo sus propias vidas. Aunque no, en modo alguno, sus convicciones.
El jefe nato de la institución, Javier Barros Sierra, convirtió la autonomía universitaria en coraza y escudo con el fin de ejercer lo genuino de la casa de estudio: su derecho a organizarse, nombrar a sus funcionarios y enseñar a crear de manera laica y sin tabúes. 
Al rector Graue y a todos los miembros de la comunidad nos corresponde ahora salir al frente para defenderla de intromisiones ajenas, liberarla de ataduras inefables y de cualquier clase de tráfico de influencias e intereses oscuros.
Viene enseguida a la mente el mensaje de la bióloga María Dolores Valle Martínez, nueva directora general de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), quien coordina actualmente la función directiva del ancestral centro académico.
Bien se sabe que la Universidad Nacional tiene dos grandes entradas, anchurosas y señoriales ambas: los CCH (Colegios de Ciencias y Humanidades) y el que representa, con lujo de edad avanzada, el conjunto de las nueve escuelas disgregadas en toda la Ciudad capital.
La nueva directora general de éstas dio el mensaje de bienvenida a los nuevos bachilleres de la ENP mediante conceptos que enaltecen el mérito de ser universitario (preparatoriano en el caso) y reconociendo sus anteriores logros con estos términos: “Tu esfuerzo y tu desempeño escolar han rendido frutos”.
Mención especial merecen los nuevos alumnos en la prestigiosa institución que, bajo la denominación de Iniciación Universitaria, entran a la UNAM por los privilegiados y ameritados espacios académicos.
De todos ellos, colectiva e individualmente, la casa de estudios espera frutos apetecibles, profesionales honestos y eficientes, ciudadanos de entera confianza moral y espíritu constructivo.
A todos ellos dirigió su alocución de bienvenida la académica mencionada. “Esto significa, subrayó, que desde hoy eres ya un universitario con todas las ventajas y responsabilidades que esta prestigiada institución nos marca”.
La académica en cuyas manos están las escuelas preparatorias de la UNAM indicó  que les esperan años arduos en lo escolar a estos flamantes universitarios. Tras una estancia muy provechosa les auguró un futuro brillante que habrá de permitirles elegir, además, la carrera de su interés, entre más de ciento veinte que imparte la Universidad.
Convocó a los universitarios de reciente ingreso  a procurar la obtención de conocimientos al par que los instó a cumplir los términos que habrá de forjarlos como personas valiosas y eficaces en su papel de ciudadanos responsables, ejemplares y comprometidos con metas y objetivos dignos de ser asumidos por la mayoría.
La participación personal en las nuevas tareas académicas es y será el mejor camino a transitar. La comunicación es palanca que mueve a la sociedad contemporánea; los recursos tecnológicos han sido obra de humanos para servir a los humanos. No para envilecerlos.
Ser universitario es un reto y no dádiva alguna. Es objetivo, no herencia genética inexorable. Es puerta abierta a la libertad de elegir y de escoger para contribuir, con renovados valores, a una sociedad en la promoción de bienestar y prosperidad. Pero bienhabido.