Los tiempos actuales son voz de alerta acerca del posible ocaso de la incipiente democracia
en nuestro país. Por un lado, los precandidatos y luego los candidatos no han
cesado de maltratar a la naciente etapa de bienestar en que vivimos con todo y
las deficientes instituciones de salud, seguridad, educación y en general
protectoras del entorno social.
Hablan
los aspirantes haciendo caricatura del debate público de metas y objetivos para
un bienestar inasible; al propio tiempo arremeten contra toda política de cambio
por considerarla contraria a la transición.
Entre
las numerosas obras que los candidatos harían bien en consultar están los
escritos de Hans Kelsen sobre el tema o del italiano Norberto Bobbio.
Entre
mis más dilectas obras de consulta encontré hace poco la documentada obra del
doctor Diego Valadés cuyo título resulta de entrada esclarecedor sobre aquello
que en estos angustiosos días, por cierto, se ha vuelto un verdadero atropello a la democracia,
a sus instituciones y a sus organizaciones de cuño afianzador de la igualdad,
el libre albedrío y el desarrollo de la educación conforme al criterio de
enseñar a crear. No enseñar a memorizar y repetir, como es común hacerlo.
Volviendo
al libro del doctor Valadés (El Control del Poder, UNAM, 1998) habíamos dicho
que los ahora candidatos o bien alguno de sus asesores debería consultarlo,
leerlo y entender las tesis que sostiene; de ese modo, evitar los crasos
errores en que incurren los aspirantes presidenciales al abordar temas, por
caso, del bienestar, la democracia, el ciudadano y todo lo concerniente a la
transición a la democracia en el futuro inmediato.
En
el rubro correspondiente a “El control como problema”, se ocupa de los problemas
siguientes: Control y Poder, Control y Legitimidad, Control y Democracia,
Control y Sistema Representativo, Control y Sistema Presidencial y
Parlamentario, Los Partidos Políticos y la Dinamización de los Controles.
En
suma, estudia problemas como Control y Medios, Control. Asimismo, Exceso en el
Control y Control y Sanción.
Emerge
en toda su amplitud y profundidad teóricas el tema del control, precisando su
significado y sus límites.
El
asimismo maestro, investigador y docente en la Facultad de Derecho y en el
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Héctor Fix-Zamudio, escribe en
el Prólogo a la obra que comentamos:
“El autor parte de la cuestión básica de la
posibilidad de controlar al poder que en el fondo implica la preocupación
secular de evitar los excesos del poder, bajo cuyos efectos ha vivido la
Humanidad la mayor parte de su historia.
Y
concentra su análisis, prosigue, en los
controles políticos, los que en su concepto son más dinámicos, inteligentes y
eficaces, que los controles jurídicos, porque no se desenvuelven mediante
tecnicismos propios de estos últimos controles y porque sus resultados suelen
producirse de inmediato y con efectos generales”.
El doctor Valadés se refiere al control como proceso; lo examina “in situ”, describiendo
lo que en este sentido ocurre en España, Estados Unidos y México.
En
cuanto al debate político propiciado por la elección presidencial en nuestro
país, habría que resumir el comentario aludiendo a la urgencia de hacer
partícipe a la ciudadanía invocando los derechos y las obligaciones, precisando
su participación en la construcción de la democracia.
Y
no con la retórica demagógica que nos abruma día a día, sino con el lenguaje
propio y elemental de quienes, de alcanzar el poder se obliguen desde ahora a
respetar sus palabras, promesas y compromisos.
Libros
como el de Diego Valadés, nuestro admirado estudioso del Derecho y quien ha
sido ejemplar funcionario público, sobre todo
dentro
de la Universidad, ilustran acerca del ejercicio del poder: su alcance,
significado y compromiso.