Israel celebra el 69 aniversario como nación independiente. En
“Oh, Jerusalén” y “Esta noche la libertad” Dominique Lapierre y Larry Collins
evocan las gestas heroicas que llevaron a la histórica resolución, por parte de
la ONU, a fin de dar el estatus de naciones soberanas a hebreos e hindúes bajo dictados,
entonces, del imperio.
Israel es patria del
monoteísmo; cuna de las más representativas religiones que predominan en el
planeta.
Sus contribuciones en
la historia del humanismo son inequívocas. En ciencia, moralidad y el arte, el
pasado de la Humanidad, sin sus hallazgos, sería muy otro.
En “Oh Jerusalén”,
puede leerse en el Prólogo: “Aquella tarde de mayo de 1948, el lamento de las
gaitas se extendió por última vez en el laberinto de viejas callejuelas. Anunciaban
la salida de los soldados británicos que habían ocupado la vieja ciudad de
Jerusalén. Impasibles, marchaban silenciosos en grupos de ocho o diez, y el
martilleo de sus borceguíes punteaba la melodía. Encuadrando a cada grupo, dos
hombres, metralleta en mano, vigilaban atentamente las fachadas y terrazas del
universo hostil que atravesaban.”
Abba Eban, el
connotado político y escritor hebreo dejaría escrito en su “Legado. La
civilización y los Judíos”: “El pueblo judío constituye sólo una ideación de la
familia humana, y sin embargo no podemos reseñar la historia de la civilización
sin enfrentarnos cara a cara con lo que los judíos pensaron, sintieron,
escribieron e hicieron. Esta es la historia de un pequeño pueblo que tiene un
gran lugar en el destino de la Humanidad.”
De la antigüedad a la
época moderna, los hebreos han experimentado peripecias sin fin, desde Egipto
hasta los tiempos de la Alemania nazi, no sin haber hecho la siembra que hoy
fecunda la civilización en casi todos los órdenes de la vida actual.
En el ámbito
religioso como en el político, en las teorías de la historia al igual que en la
investigación de la naturaleza y la sociedad, Israel brilla con luces propias,
compartiendo los frutos del conocimiento, de las técnicas y de la enseñanza de
ambas vertientes.
En el viaje por el
que nos conduce Abba Eban a través de la humana historia, emergen nombres como
los de Mendelssohn, Heine, Disraeli y Marx; los de Freud, Offenbach y Schnitzler,
a los que se suman los de Cohen, Einstein y Hans Kelsen.
La moralidad judía se
sustenta en las Tablas de la Ley, como también la noción de fidelidad y la
estructura entera, social y jurídica del matrimonio.
Aun la profecía,
resabio de la legendaria Mesopotamia, nos conduce a la consideración crítica en
el sentido de que los videntes convertidos en reformadores de la sociedad
ponían de sí mismos condiciones a fin de que se produjeran los sucesos
anunciados.
Ortega y Gasset,
alumno de Cohen en la Escuela filosófica de Marburgo. en su ensayo sobre
Galileo reflexiona sobre la anticipación del futuro como un movimiento de la
voluntad y a título de motivación para alcanzar objetivos venideros.
Geopolíticamente, Israel es
antorcha refulgente en medio de un Oriente convulso, víctima de la violencia
religiosa utilizada como catapulta y pretexto para alentar ambiciones insaciables
de poder.
Su
conducta es venero de lecciones que merecen ser tomadas en cuenta por parte de
los estadistas. El cosmopolitismo bien entendido proviene del desierto asiático
convertido en oasis por obra y gracia de sus benefactores, cuyo pueblo ha sido
esclavo, mártir; y a la fecha libre y soberano. Es procreador de la cultura
universal en todas sus facetas.