Entre
libros y educación hay un puente que comunica estrechamente. Hay continuidad
entre unos y otra. La enseñanza requiere de obras tanto como las páginas
editoriales de autores experimentados, formados en todos y cada uno de los
espacios del conocimiento. Aquellos confluyen para informar. Esta forma y al
propio tiempo informa.
En esto hay hilos
de continuidad.
Las
instituciones en donde se alojan los libros y la comunicación educativa a menudo
registran sucesos insólitos de contigüidad en el tiempo y el espacio.
Así,
por ejemplo, y sin ir muy lejos, este año han celebrado sendos
sesquicentenarios la Biblioteca Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria.
Ambas, germinadas y gestadas en tiempos del Presidente Reformador por
excelencia, don Benito Juárez.
El
viernes pasado, lo. de diciembre, se efectuó el acto con el cual la UNAM festeja
la promulgación de la Ley Orgánica de Instrucción Pública, el documento
jurídico más relevante del siglo XIX en materia educativa, elaborado y decretado por el titular del
Ejecutivo.
Como
era de esperarse, fue la directora general de la Escuela Nacional Preparatoria,
maestra Silvia E. Jurado Cuéllar, quien usó la palabra a fin de comentar el
hecho histórico que dio bases para crear la institución que ella reorganiza y
coordina y de la que, en su momento, estuvo al frente y poniéndola en acción don
Gabino Barreda.
Recordó
Jurado Cuéllar cómo el Presidente Benemérito alcanzó la admiración y el
respeto, dentro y fuera de nuestras fronteras, por su audacia innovadora
contenida en la Ley Orgánica mencionada.
No
se olvidan los rasgos sobresalientes del orden normativo liberal que otorgaban
a la educación el carácter obligatorio de la gratuidad y el sentido laico en la
impartición de la enseñanza básica. Asimismo la naturaleza libre y responsable
de la enseñanza media superior y superior por encima de prejuicios y dogmas
religiosos o políticos.
De
sus palabras se desprende la dignidad y fortaleza de la institución que ha
albergado a los talentos personales de centenas y decenas de egresados que han
dado lustre a la nación: científicos notables, hombres de Estado, artistas y
pensadores ejemplares.
La
educación integral que predomina actualmente en los nueve planteles de la
Preparatoria son testimonio fehaciente de las bondades de aquella reforma
primigenia que sigue dando óptima cosecha en nuestro tiempo.
Informa
y al propio tiempo forma la Escuela Nacional Preparatoria en los cauces del
humanismo lo mismo que en los de la ciencia natural y en el arte. No descuida,
sin embargo, la preparación técnica que deriva de la revolución cibernética de
nuestros días.
Sin
competir con otras instituciones que egresan personas útiles en áreas
industriales y burocráticas o de aplicación inmediata, quienes desempeñan
labores profesionales no han descuidado la importancia del taller o de las
ocupaciones experimentales.
La
autonomía que ampara a los universitarios no se explicaría sin la Ley Orgánicas
originaria. El triunfo de la libertad de enseñanza, de investigación y
extensión cultural que deviene de la década de los treinta, parte de 1867, de
la Ley Orgánica del Presidente Juárez, incluyendo a su cercano colaborador, don
Gabino Barreda.
150
años cumple la Biblioteca Nacional al igual que la Preparatoria de la UNAM.
Una
y otra, los anaqueles en donde se ubican las obras de los autores de todos los
tiempos y en todas las vertientes del saber, y las aulas, auditorios y campos
deportivos que configuran a la Máxima Casa de Estudios constituyen un núcleo
similar, entendido como bienes comunes.
De
este modo, la UNAM ha sido, es y seguirá siendo patrimonio de la Humanidad.